miércoles, 6 de agosto de 2014

RÍO GRANDE DEL SUR. BRASIL. HISTORIA



 Rio Grande do Sul es uno de los 26 estados que junto al distrito federal componen Brasil. Es, además, el estado más meridional del país, localizándose en la Región Sur de Brasil. Limita al norte con el estado de Santa Catarina, al este con el océano Atlántico, al sur con Uruguay y al oeste con Argentina. Tiene una superficie de 282.062 km² y su capital es Porto Alegre.
Río Grande del Sur es a su vez, el quinto estado con mayor IDH en Brasil, y el tercero con mejor calidad de vida en la Región Sur.
HISTORIA
El actual territorio de Río Grande del Sur se encontraba, en tiempos de la colonia, comprendido dentro del Virreinato del Río de la Plata, constituyendo el centro y centro-norte de la gran Banda Oriental de las primeras épocas coloniales. Abarca las antiguas regiones de Río Grande al este, las Misiones Orientales al noroeste y territorios de la Provincia Oriental (actual Uruguay) al suroeste (del río Ibicuy al río Cuareim y las nacientes del río Negro) y al sur (costa noroeste de la laguna Merín), anexionados por Portugal (posteriormente Brasil) en forma definitiva tras la Guerra del Brasil y la Guerra Grande (como parte de pago por deudas contraídas por Uruguay durante ésta).A mediados del siglo XIX, la provincia de Río Grande del Sur se constituyó en estado independiente con el nombre de República Riograndense.
Bajo la denominación de Río Grande se conocía originalmente a una región en la costa atlántica de la Banda Oriental en el centro-sur sudamericano, perteneciente a España. Sus límites eran las Misiones Jesuíticas al oeste, la región de Ibiazá al norte y la región rioplatense de la Banda Oriental al Sur.
MISIONES ORIENTALES
Las Misiones Orientales eran el área de las Misiones  Jesuíticas situada al este del río Uruguay, en la Banda Oriental. Allí se encontraban los llamados Siete Pueblos de las Misiones: San Borja, San Nicolás, San Luis, San Lorenzo, San Miguel, San Juan y Santo Ángel. Al sur estaba la Estancia de Yapeyú, cuyos límites alcanzaban el río Negro.
Tras la disolución de dichas Misiones Jesuíticas, el extremo sur de las Misiones Orientales se convirtió en el Departamento de Yapeyú (incluyendo a San Borja), y el norte formó el Departamento de San Miguel (incluyendo a los otros seis pueblos). Estos departamentos estaban bajo la órbita del gobierno de Buenos Aires, pero la influencia del gobierno de Montevideo llegaba hasta el río Ibicuy. Desde entonces pasó a entenderse a las "Misiones Orientales" como los territorios orientales al norte del Ibicuy.

PENETRACIÓN LUSO - BRASILEÑA EN RÍO GRANDE
Portugal había comenzado a adentrarse en el territorio de la Banda Oriental por la región de Ibiazá (también conocida como Mbiazá o Ybiazá, la zona costera de los actuales estados brasileños de Paraná y Santa Catarina), al sudoeste del límite continental que marcaba la Línea de Tordesillas y ponía coto a las posesiones portuguesas en América. Ya en 1534 el rey portugués había adjudicado ese territorio a la Capitanía de Santana alcanzando Laguna como extremo sur. Las incursiones portuguesas en la Banda Oriental llegaron hasta la costa del río de la Plata, fundando en 1680, Colonia del Sacramento frente a la ciudad de Buenos Aires.
En 1737 una expedición militar portuguesa fue enviada con el propósito de garantizar la posesión de las ricas tierras españolas ubicadas al sur del territorio portugués del Brasil. Ese año los portugueses fundan la ciudad de Río Grande, en la desembocadura del río San Pedro que conecta la Laguna de  los Patos con el océano y en 1742 es fundada la villa de Porto dos Casais, la actual Porto Alegre.
En 1750, España y Portugal firmaron el Tratado de Madrid. Ya que cuando Portugal había estado ligado a España, había expandido sus dominios en América más allá de la línea de Tordesillas. Este tratado pretendía consagrar los territorios que cada reino tenía efectivamente en su poder, como modo de apaciguar a las partes. Así, España debía renunciar a la mayor parte de la Banda Oriental (Ibiazá, las Misiones Orientales y Río Grande del Sur) y a cambio recibiría Colonia del Sacramento y el reconocimiento de sus territorios ocupados en Asia.
Pero por un lado, los portugueses no pretendían renunciar a la Colonia del Sacramento y por otro, los guaraníes se enfrentaron al poder portugués. Esto devendría en la firma de un nuevo tratado en 1761 que restituía las Misiones Orientales a España, aunque no modificaba la situación de Río Grande.
RUINAS JESUÍTICAS DE SAN MIGUEL ÁRCANGEL.

LA TARDÍA REACCIÓN DE ESPAÑA
España decidió mejorar su administración en la zona austral de América dividiendo el Virreinato del Perú y creando en 1776 el Virreinato del Río de la Plata. Éste abarcó los territorios de los actuales Argentina, Bolivia, Paraguay y Uruguay, más la zona norte de Chile y parte del sur de Brasil (el oeste de Río Grande del Sur y el sur de Mato Grosso del Sur).
Pedro de Ceballos fue su primer virrey, y al ser nombrado recibió la orden de detener la expansión lusitana. A principios de 1777, Ceballos y sus hombres atacaron y recuperaron la isla de Santa Catarina, frente a las costas de Ibiazá sin disparar un solo tiro, debido a que fue abandonada por la escuadra portuguesa. El 21 de abril llegaron a Montevideo, desde donde se dirigieron a la Colonia del Sacramento, conquistándola. Luego también tomaron la fortaleza de Santa Teresa en el actual departamento uruguayo de Rocha y avanzaron sobre la población de Río Grande. Fue entonces cuando recibieron noticias de un tratado de paz firmado entre España y Portugal que los obligaba a retirarse.
Pedro Antonio de Cevallos Cortés y Calderón
TRATADO DE SAN ILDEFONSO
Según quedó establecido en el Tratado de San Ildefonso, firmado en octubre de 1777 entre España y Portugal, éste abandonaba la Colonia del Sacramento a cambio de la posesión definitiva de Río Grande. El límite de Río Grande con las posesiones españolas quedó establecido a partir de la desembocadura del río Pepirí (también llamado Pepirí-Guazú) en el extremo noroeste, siguiendo desde allí hasta llegar a la sinuosa línea serrana que divide la cuenca platense de la cuenca de la Laguna de los Patos y que llega a las nacientes del Río Negro en el sur y desde allí hasta la Laguna Merín, siguiendo por sus costas hasta el punto sur de ésta, y desde él, a la desembocadura del arroyo Chuy en el Atlántico al sureste.
Pero en 1801 los riograndenses invadieron los siete pueblos de las Misiones, incorporando de facto las Misiones Orientales a su territorio. En 1807, ante el traslado de la corte portuguesa a Brasil, los portugueses le dieron a su nuevo territorio de Río Grande la categoría de «capitanía» militarizándola fuertemente, formándose así la Capitanía de San Pedro del Río Grande del Sur.

RESISTENCIA DE LA BANDA ORIENTAL
En 1811 José Gervasio Artigas, líder máximo de los orientales, liberó del poder español a la región ríoplatense de la Banda Oriental, la única que conservaba este nombre ya que había quedado libre de la ocupación portuguesa. En 1813 ésta pasa a denominarse Provincia Oriental dentro de la Liga Federal que Artigas forjara y liderara. Artigas también planeaba la reconquista de las Misiones Orientales, pero ese fue un sueño que no pudo concretar.
En 1816 fuerzas portuguesas invadieron la Provincia Oriental y en 1820 Artigas fue finalmente derrotado y marchó exiliado al Paraguay. En 1821 Portugal se anexó oficialmente el territorio oriental, denominándolo Provincia Cisplatina y uniéndolo al Brasil, al que siguió atado tras la independencia de este país.
En 1825, patriotas orientales y otros adherentes a la causa (los Treinta y Tres Orientales), cruzaron desde Buenos Aires hasta la costa oriental para comenzar la Cruzada Libertadora por el territorio y el 25 de Agosto en el Congreso de la Florida proclamaron la Ley de Independencia, la Ley de Unión (en virtud de la independencia concretada, la Provincia Oriental se reunía con las demás provincias platenses) y la Ley de Pabellón. Tras ser aceptada la Provincia Oriental por el Congreso en Buenos Aires, Brasil -entonces independiente de Portugal- le declaró la guerra a las Provincias Unidas del Río de la Plata, estallando la guerra conocida como Guerra del Brasil –o Guerra da Cisplatina para los brasileños– (v: Batalla de  Ituzaingó).

  

LA GUERRA DEL BRASIL
La Guerra del Brasil se desarrollaría por unos tres años. A pesar de no poder doblegar a los rioplatenses, el Brasil imperial no estaba dispuesto a dejar de lado sus pretensiones de que su territorio llegara hasta el Río de la Plata, lo que cerraba las puertas a un final pactado para el enfrentamiento. El 21 de abril de 1828, el oriental Fructuoso Rivera (quien fuera el primer presidente del futuro Uruguay independiente), cruzó el Ibicuy con un ejército de quinientos hombres, al que se sumarían indígenas misioneros, y reconquistó así en solo unos pocos días las Misiones Orientales.
Este dramático vuelco de la situación de la guerra terminó forzando al emperador Pedro I de Brasil a aceptar conversaciones de paz. Pero el descontento de los orientales por la vuelta al centralismo por parte de Buenos Aires y los intereses británicos por el comercio en la zona terminarían, sin embargo, minando los éxitos de los platenses y tendrían como resultado final la independencia de la Provincia Oriental. La Convención Preliminar de Paz de 1828 terminaría consolando a Brasil, de todos modos, al establecer que la Provincia Oriental perdería definitivamente las Misiones Orientales en favor de aquel país. En 1852, tras las divisiones internas generadas entre los uruguayos y propiciadas por argentinos de un lado y brasileños del otro que llevaron a la Guerra Grande, el Gobierno de la Defesa establecido en Montevideo, firmó cinco acuerdos con Brasil, entre los que figura la renuncia al territorio entre el Ibicuy y el Cuareim, perdiéndose también las nacientes del Río Negro y el control sobre la Laguna Merín.
Pedro I de Brasil y IV de Portugal

Durante el siglo XIX, Río Grande del Sur fue escenario de diferentes revueltas federalistas y participó en conflictos con Argentina y Uruguay. La Guerra de los Farrapos contra el Imperio del Brasil se desarrolló por espacio de diez años dando lugar a la República Riograndense (1835 - 1845). Tras el aplastamiento de la República Riograndense y la reincorporación del territorio al Imperio del Brasil, el área riograndense fue utilizada como catapulta para las campañas militares de 1852 en contra del gobierno uruguayo de Manuel Oribe y acto seguido contra el gobernador de Buenos Aires Juan Manuel de Rosas, apoyando para esto último a Justo José de Urquiza, gobernador de Entre Ríos, posteriormente la entonces provinvia del Río Grande sirvió como una de las bases brasileñas en los inicios de la Guerra del Paraguay (1864-1870).
Las disputas políticas locales tuvieron un aumento con el inicio de la República y solo en el gobierno nacional del riograndense Getúlio Vargas (1930) el Estado se pacificó.

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