sábado, 5 de julio de 2014

ACERCA DEL GAUCHO



     ACERCA DEL GAUCHO

    Es el gaucho el personaje saliente de nuestro folklore y de nuestra campaña. Motivo de profundos estudios, numen de escultores, escritores, poetas y plásticos. Por ello mismo, no existe acuerdo sobre casi nada acerca de su origen, cualidades, existencia y vida.
     La denominación genera versiones distintas, muchas de ellas con fundamentos. otras no tanto.
     El diccionario de la real Academia, trae varias acepciones, de las cuales la más rescatable es la que expresa: "Campesino que en los siglos XVIII y XIX, habitaba en las llanuras rioplatenses de la Argentina, en el Uruguay y en Río Grande del Sur (Brasil)". Esta definición exige un par de precisiones. En primer lugar, en nuestro concepto el gaucho no ha desaparecido y en segundo término, existen otros Estados de Brasil donde vivió y aún vive el gaucho.
     Arturo Scarone trae la opinión - entre otros - de Emilio Daireaux y de Groussac. Para Daireaux, la palabra gaucho deriva de la árabe "chaouch", tropero, que en España se transforma en "chaucho", que al trasladarse a América se corrompe por "gaucho". Afirma, que aún hoy, al conductor de ganados se le llama "chaucho" en Sevilla y Valencia.


     Por su parte Groussac, nos dice:  "La palabra "gaucho" nunca fue dicha ni conocida en España si no por traslado americano. No se debería pues, buscar en otra parte, sino aquí mismo, su etimología. Por lo que a mí toca he venido a creer que ella deriva de guacho. La palabra guacho pertenece a la lengua incásica y corre aún en nuestros dialectos: significa "huérfano", abandonado, errante, con un sentido algo denigrativo: se le aplica sobre todo a los animales criados lejos de la madre. La inversión silábica, que los gramáticos llaman metátesis, es muy frecuente en los pueblos de habla castellana: de ahí guacho transformado en gaucho por el más lógico de los procedimientos, que consiste en la precedencia y acentuación de la vocal más fuerte".
     Será muy difícil la coincidencia generalizada de los autores que estudian la palabra y su origen etimológico, pero esta opinión de Groussac parece atinada. En efecto, es aceptada en toda nuestra campiña, la expresión "guacho" para designar tanto al cordero, como al ternero y aún al potrillo, que se cría sin su madre y más bien por los cuidados del personal o de la familia de un establecimiento rural. Entre las muchas tareas, tradicionalmente se adjudicaban a los niño o "gurises" de una casa de campo, estaba la de cuidar  los corderos abandonados por sus madres, terneros y algún potrillo. Darles de mamar en una madre adoptiva, o simplemente darles leche de vaca en mamadera que se confeccionaba con una botella cualquiera y un chupete hecho de cámara de automóvil.


     Esta denominación de "guachos" se extiende a muchachos que apartados de su familia, suelen vivir en las estancias en calidad de agregados. También se habla de un "huevo guacho", sea de gallina o de ñandú, cuando se encuentra sólo o lejos de su nido.
    Es usual que se diga: nació un "árbol guacho" y se indica la especie, cuando nace sin ser cultivado, o mismo una planta de zapallo o de sandía, o cualquiera otra. Por todo eso, no es de extrañar que sea realmente veraz la afirmación de Groussac. El gaucho era un verdadero huérfano de la familia e incluso de la sociedad.
     De Basualdo atribuye origen araucano a la palabra, "gachu" significa en araucano: amigo, camarada. Como curiosidad el mismo autor, señala que ha encontrado una palabra vasca muy parecida: "gau-chori" (ave nocturna de rapiña, murciélago, mochuelo, etc.).
     Daniel Granada, define al gaucho como "El hombre del campo, baqueano, diestro en el manejo del caballo, del lazo, de las boleadoras, de la daga y de la danza, esforzado, altanero y amigo de aventuras".

Pocas descripciones más bellas y más precisas, que esta pintura de Zorrilla de San Martín, el poeta de la Patria: "El gaucho pertenece a la tierra por intermedio de su caballo, que modifica hasta la estructura de sus órganos: le levanta los hombros, le encorva las espaldas, le arquea las piernas, le regula los movimientos. Como se ven las alas en el pájaro que camina, se percibe el caballo en el gaucho que anda a pie. La nómada faena  determina, por otra parte, la índole de sus ideas, las imágenes de su fantasía, su vocabulario, los giros de su lengua, los temas únicos de su conversación; le imprime el instinto de su libertad, le limita las necesidades, le determina la industrias".


     

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