domingo, 7 de septiembre de 2014

PRESIDENTES DEL URUGUAY: FRUCTUOSO RIVERA (I) 25 de agosto de 1825 - 1 de diciembre de 1828 ( I )

     José Fructuoso Rivera y Toscana (Durazno,17 de octubre de 1784 - Melo, 13 de enero de 1854), militar y político de Uruguay. Fue el primer presidente constitucional, luego de diversas participaciones en las luchas independentistas. Fundador del Partido Colorado



BIOGRAFÍA
Era hijo de Pablo Hilarión Perafán de la Rivera Bravo, un poderoso terrateniente de la zona de San José de Mayo dueño de un saladero, y de Andrea Toscano. De modo que perteneció al grupo de los estancieros, opuestos al monopolio de los comerciantes peninsulares.

ÉPOCA ARTIGUISTA

Se unió a la Revolución Oriental en el interior de la Banda Oriental, en la zona de Minas, y se destacó como pequeño caudillo en el centro de la provincia. Se incorporó a las fuerzas de José Artigas, y a sus órdenes participó en la Batalla de Las Piedras (1811). Cuando Artigas y la división enviada en su ayuda desde Buenos Aires inició el primer sitio de Montevideo, Rivera fue destinado a intentar detener la invasión portuguesa. Cuando ésta se hizo incontenible y el gobierno porteño pactó con el virrey Elío, se unió al Éxodo Oriental, siguiendo a Artigas.
Participó de una expedición a las Misiones Orientales a órdenes de Eusebio Valdenegro y Fernando Otorgués, y luego se incorporó al segundo sitio de Montevideo, a órdenes del coronel Manuel Pagola. Pero se retiró con Artigas, cuando éste enfrentó al general José Rondeau, que seguía la política del Directorio de someter a las provincias a un gobierno nombrado y dirigido desde Buenos Aires. Nacía en este momento el federalismo en el Río de la Plata.
Después de la toma de Montevideo por Carlos María de Alvear, Rivera fue el jefe de las tropas orientales en la Batalla de Guayabos, derrotando a las tropas de Manuel Dorrego. En sus filas figuraban grupos de indígenas charrúas y guaraníes. Las tropas de Dorrego huyeron en desbandada, y poco después el Director Alvear entregaría el control de la Banda Oriental a Artigas y sus partidarios. Mientras las fuerzas de Otorgués provocaban desmanes contra los ciudadanos de la capital, Rivera comenzó a ser visto por el grupo de comerciantes y "doctores", que luego serían los aliados de los portugueses y antes lo habían sido de los realistas, como la garantía de orden entre los caudillos de la zona rural.
   
José Rondeau                                                  Francisco Javier Elío

INVASIÓN PORTUGUESA

Cuando se produjo la Invasión Luso-Brasileña, a partir de 1816, Rivera secundó inicialmente a Artigas, destacándose como uno de los jefes que lograron algunas victorias menores. No obstante, fue derrotado en la Batalla de India Muerta, en noviembre de ese año, lo que permitió a los portugueses ocupar Montevideo.
Su actuación pública históricamente ha sido fruto de polémica. Algunos historiadores e investigadores como Eduardo Picerno señalan que:
ya desde el año 1816, cuando comienza la Invasión Luso-Brasileña, Rivera empieza a desobedecer órdenes de Artigas y a manifestar su adhesión a la causa portuguesa de un modo muy distinto a como lo hacía el Gral. Belgrano, que proponía a la Reina Carlota de Portugal como Reina de las Provincias Unidas del Sudamérica el 9 de julio del año 1816 ".
En efecto, mientras que Manuel Belgrano buscaba legitimar ante las potencias de ese momento la total independencia rioplatense ante la Santa Alianza, con lo que tal alianza exigía, gobiernos monárquicos (era el único modo que parecía viable en el año 1816 a pocos meses de establecida la "Santa Alianza" y el restauracionismo monárquico absolutista entre las potencias del mundo, Belgrano buscaba como solución de compromiso un país rioplatense totalmente independiente y tras su viaje a Europa notó que las potencias sólo aceptaban países gobernados monárquicamente, la solución inicial belgraniana fue que la regenta Carlota asumiera como reina de las Provincias Unidas del Río de la Plata siendo tales provincias totalmente independientes de todo poder extranjero y teniendo una monarquía constitucional, luego Belgrano se dio cuenta de lo infundado de su optimismo en cuanto a una regenta que también ostentaba el gobierno brasileño y optó por una solución más audaz: que un inca – un descendiente de Tupac Amaru II, probablemente Juan Bautista Condorcanqui Tupac Amaru último descendiente reconocido de Túpac Amaru II – fuera el "rey" nominal limitado por una Constitución democrática del nuevo extensísimo país constituido por los estados rioplatenses); absolutamente por el contrario Rivera directamente se sometió a Portugal y luego al Imperio del Brasil, convirtiéndose en uno de los oficiales de Portugal y de Brasil en el territorio actualmente uruguayo   
  Juan Bautista Condorcanqui            Carlota Joaquina de Borbón                       Manuel Belgrano                                                                                                         
A mediados de 1818, varios jefes artiguistas comenzaron a cuestionar la estrategia defensiva de su jefe; el único oficial notable que no se pronunció en contra del caudillo fue Rivera, por lo que Artigas le entregó el mando de las divisiones más poderosas. Esto causó la defección de muchos de sus subordinados, entre ellos Rufino Bauzá Manuel Oribe, que pasaron a Buenos Aires. Por su parte, el Director Supremo Pueyrredón le ofreció el mando de las tropas orientales, desplazando a Artigas, pero Rivera no aceptó.
No obstante, Rivera obtuvo algunas victorias menores en los combates de Chapicuy y Queguay Chico, pero fue finalmente derrotado en la Batalla de Arroyo Grande.
Cuando la derrota de las tropas orientales en la Batalla de Tacuarembó el 22 de enero de 1820, Rivera se encontraba acampando en el arroyo de Tres Árboles. Desde Mataojo – actual departamento de Salto – Artigas le ordenó que se incorporara a su ejército, pero Rivera ya había celebrado un armisticio con el jefe portugués Bentos Manuel Ribeiro y desobedeció la orden del caudillo. Rivera en una carta fechada 13 de junio de 1820 al gobernador Francisco Ramírez, descubierta por Picerno, Rivera se habría ofrecido a "ultimar" a Artigas, a quien consideraba un "monstruo, déspota, anarquista y tirano".
Hay quienes, como Manuel Flores Silva, sostienen que esta carta, publicada originalmente por Hernán F. Gómez en su clásico "Corrientes y la República Entrerriana" (1929, Corrientes), se "justifica" en función del contexto y las dotes de Rivera como "hombre político", que permanentemente se adaptaba a las circunstancias. Tras la batalla de Tacuarembó, Artigas se encontraba derrotado y sin apoyo de Ramírez. A su vez, Ramírez había creado la República de Entre Ríos, que incluía a Corrientes y Misiones, y tenía relaciones con Buenos Aires.

LA CISPLATINA

Tras firmar un armisticio con el gobernador de la Provincia Cisplatina – dependiente del Reino Unido de Portugal, Brasil y Algarve – Carlos Federico Lecor, se incorporó al ejército de Portugal. Sus soldados, vencida ya toda posible resistencia, lo siguieron. En julio de 1821 formó parte del Congreso Cisplatino que convalidó la anexión de la Provincia Cisplatina a Portugal. Formó parte del Club del Barón, germen del Partido Colorado.
Cuando el Imperio del Brasil anunció su independencia de Portugal, Rivera secundó a Lecor, que siguió al Emperador Pedro I en su intención de expulsar a los portugueses de Montevideo. A sus órdenes ingresaron algunos oficiales artiguistas que habían sido liberados, como José Antonio Berdún y Juan Antonio Lavalleja, pero en éstos era más claro que buscaban la independencia de la Banda Oriental
El cabildo de Montevideo invitó a Rivera a unirse a ellos en la continuidad de la dominación portuguesa, con la esperanza de que cuando finalmente los europeos se retiraran, concediera la independencia a Montevideo y su jurisdicción. A la invocación del cabildo al patriotismo de Rivera, éste respondió que el patriotismo es la búsqueda de la felicidad de la patria, que él entendía como sinónimo de paz. Según sus propias palabras, la Banda Oriental
"nunca fue menos feliz que en la época de su desgraciada independencia..."
En noviembre de 1823, las tropas portuguesas entregaron Montevideo general Lecor, que ingresó en la ciudad y proclamó anexada la Cisplatina al Imperio del Brasil. Otorgó a Rivera el título de Barón de Tacuarembó y lo nombró comandante de campaña.
Por su parte, Lavalleja y otros oficiales habían partido hacia Buenos Aires. Desde allí lo invitaron a unirse a quienes buscaban la independencia de la Banda Oriental, pero Rivera entregó esas cartas a Lecor.
Durante la invasión portuguesa y en los años que le siguieron, las fuerzas brasileñas saquearon el ganado oriental e instalaron saladeros con mano de obra esclava; la población pecuaria, principal riqueza de la región, se redujo drásticamente.
    
Carlos Federico Lecor. Barón de la Laguna                           Juan Antonio Lavalleja y de la Torre

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