miércoles, 9 de julio de 2014

EL GAUCHO EN LA CONSTRUCCIÓN DE LA PATRIA ( II )

    Pertenece a toda la región y no tiene importancia la polémica acerca de dónde aparece primero. Para unos es el gauderio de los alrededores de Montevideo, para otros, nace en Santa Fe. Lo cierto es que es producto de una realidad territorial, económica y social, que le dan un determinado perfil y lo caracterizan por muchos rasgos. Entre esos rasgos, destaca su amor por el terruño, su entusiasmo indeclinable por la libertad y un coraje a toda prueba. Jinete sin igual, usa un tipo de lanza con medialuna para desgarretar las reses y luego la cambió por la lanza convencional de guerra, para ser soldado. En esa matriz rural llena de riesgos y extensa, sin más límite que el horizonte, creció un ser humano tan particular, que ha sido bien llamado "CENTAURO" . El dominio del caballo, del lazo, de las boleadoras y las aptitudes de baqueano y  rumbeador, son las condiciones que le permitieron a ese hombre ser el dueño de las pampas, de las llanura y de las colinas de nuestra región.
    Y no sólo fue gaucho el peón rural, sino que, también lo fue el patrón.
     Gauchos fueron Artigas, Lavalleja, Rivera, Ortogués, Olivera, Güemes, Rosas, Urquiza, El Chacho y tantos otros, que es imposible enumerar. Lavalleja, también se educó en ese ambiente salvaje, bravío de ganadería abundante y cimarrona, tropeó desde Minas a Montevideo. Rivera tuvo similares prácticas formadoras en campos de su padre, y así sucesivamente. 
     El dominio de los rumbos, de los caballos y de las haciendas propias u orejanas les dotó de las aptitudes para ser jefes y soldados. Las cargas de caballería asombraron a propios y extraños. Invencibles les hicieron y dieron los triunfos de Las Piedras, de Guayabos, de Sarandí e Ituzaingó.
     En el mismo sentido destacamos la opinión de Fernando Assuncao, cuando expresa: "Al producirse el estallido de Mayo y los primeros focos de rebelión en nuestros campos, Artigas comprende donde está su destino y marcha a Buenos Aires a ponerse a las ordenes de la Junta.
     Artigas era un gaucho, pero de capacidad intelectual poco común.
     Artigas , aún con menos preparación y cultura que la mayoría de los integrantes del movimiento de Mayo en Buenos Aires, demuestra muy pronto una proyección de miras de la que carecen aquellas inteligencias que no pueden ser tenidas en menos que la suya. ( "El gaucho").
D´Orbigny habla de este modo de los gauchos. "La vestimenta de los soldados gauchos consiste en un calzón blanco o calzoncillo, y un chiripá, de color azul o rojo escarlata, pieza de tela que les envuelve la cintura y las piernas, un poncho azul orlado de rojo, que pliegan sobre sus hombros, lo que representa un contraste de colores bastante subidos. Por calzado gastan botas de potros, es decir, botas de cuero pelado, sin curtir, de la pata de un caballo, y cuyo codo forma el talón. se tocan con un sombrerito en forma de pan de azúcar, cubierto casi siempre por un pañuelo de color atado a la cabeza de manera que flote sobre los hombros y los refresquen mientras galopan."
     Arturo Scarone expresa la necesidad de reivindicar a este personaje, muchas veces negado por los escritores e historiadores de ciudad, que no pueden comprender su existencia, y el rol esencial en el proceso independentista. Si los Jefes de las Patrias rioplatenses no hubieran contado con el gaucho, ¿con qué madera habrían tallado sus soldados?, y ¿ en qué fortaleza constituirían su liderazgo y autoridad? La gran mayoría de los habitantes de la campaña eran gauchos y por tanto fueron los soldados de la Patria. Al respecto, anota Scarone. " Tenemos que saldar una deuda de gratitud para con nuestros gauchos. A ellos les debemos nuestra independencia; sin ellos no hubiéramos tenido Patria. América toda debe a ellos su libertad. El gaucho fue el mismo en las huestes libertadores, llámese el "blandengue" de Artigas; el "granadero" de San Martín; el "llanero" de Colombia, o el "gaucho" de Güemes.

  

 

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